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Casas Inteligentes para la discapacidad y tercera edad en México

Si bien, el principal objetivo de la tecnología es el de permitirnos ser más productivos al ahorrar tiempos, recursos y esfuerzo, hay una gran parte de personas que toma ventaja de los avances tecnológicos y dispositivos para valerse por sí mismos y llevar una calidad de vida digna, acorde a sus propias capacidades y limitaciones; dentro de este segmento de la población se encuentran las personas con algún tipo de discapacidad y personas de la tercera edad.


En México existen actualmente más de 10 millones de personas con alguna discapacidad y, de acuerdo a la Oficina de Representación para la Promoción e Integración Social para Personas con Discapacidad de la Presidencia de la República, cada año se suman alrededor de 270 mil personas con esta condición. Por otra parte, al día de hoy en México existen más de 13 millones de personas mayores a 60 años, esto equivale a un 10% de la población total, tal como lo indica la Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo (ENOE). De acuerdo al Consejo Nacional de Población (Conapo), el número de los adultos mayores del país se estarían cuadriplicando al pasar de 6.9 millones en 2000 a 36.5 millones en 2050.


Este escenario ha creado una gran oportunidad para la incursión y el desarrollo de la domótica o automatización en los hogares, facilitando las tareas diarias y convirtiéndolos en centros de salud de acuerdo a las necesidades de cada persona..



Como bien sabemos, una casa inteligente tiene la capacidad de integrar los diversos elementos que la conforman dentro de aplicaciones o controles en una misma red, lo que convierte a un hogar en un centro de salud seguro y cómodo, evitando la necesidad de traslados para cubrir las atenciones básicas. Con ello, se reducen los costos en atenciones por parte de los centros de salud, se ahorra energía con el uso de dispositivos más eficientes, y de crea un espacio seguro y confiable, conectado incluso al exterior con familiares y amigos a través de elementos móviles.


A través de la domótica, una persona con movilidad reducida o algún tipo de discapacidad física puede bajar las persianas, encender la televisión, regular la luz y el audio de sus habitaciones, así como vigilar los interiores y exteriores desde cámaras conectadas por internet a dispositivos móviles, todo ello incluso a través de comandos por voz. Éstos son sólo algunos ejemplos de lo que implica la automatización de casas a través de un integrador confiable.


Sin duda, el aprovechar las nuevas tecnologías en entorno doméstico nos permite tener una vida más cómoda y productiva, pero más que eso, las personas con discapacidad y la tercera edad están encontrando a en ello a un invaluable aliado para facilitar su vida día a día.

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